Es Cubells

Este pequeño pueblo al sur de Ibiza ofrece una de las vistas más impresionantes y tranquilas al mar. Desde el mirador junto a su iglesia blanca, los atardeceres se ven en silencio, sin multitudes ni ruidos, solo con el sonido del viento y el mar. Ideal para parejas o viajeros que buscan un momento íntimo y espiritual. No hay bares ruidosos, solo bancos, acantilados y la sensación de estar en el borde del mundo.

Cala Mastella

Una cala pequeña, con ambiente local, rodeada de bosque y agua cristalina. Aunque no es el lugar más conocido para ver el atardecer, su orientación y tranquilidad la convierten en un rincón perfecto para terminar el día con calma. Si te quedas hasta tarde, verás cómo el cielo cambia de color mientras todo se queda en silencio. Sin música, sin grandes grupos, solo tú y el mar.

Cala Boix

Una cala diferente, de arena oscura y acantilados que enmarcan el mar como un cuadro. Desde su parte alta o sentado sobre las rocas laterales, se puede disfrutar de una puesta de sol tranquila, sin grandes aglomeraciones. El entorno es natural, con vegetación y el sonido del oleaje. Perfecta para los que buscan desconectar en un paisaje salvaje y sin filtros.

Cala Olivera

Pequeña cala escondida entre rocas y pinos, frecuentada por locales. Aunque no es famosa por sus puestas de sol, cuando cae la tarde ofrece una luz dorada preciosa sobre el mar y las barquitas varadas. Sin chiringuitos ni música, es ideal para quienes valoran el silencio y la sencillez. Lleva algo para sentarte y disfrutar sin prisas del final del día en una Ibiza secreta.

Bar Llumbi (Es Cubells)

Un restaurante familiar con vistas impresionantes al mar desde los acantilados de Es Cubells.

Aquí no hay lujos, pero sí comida casera ibicenca, trato cercano y una paz que no tiene precio. Ideal para probar platos como el sofrit pagès o el pescado fresco sin agobios. Frecuentado por locales y viajeros que buscan comer bien, en un entorno auténtico y silencioso.

Perfecto tras una caminata o al atardecer.

El Bigotes (Cala Mastella)

Un clásico rústico frente al mar donde se sirve solo bullit de peix, el guiso de pescado tradicional de Ibiza.

No hay carta ni lujos, solo mar, fuego de leña y mesas de madera junto al agua. Tiene dos turnos y solo se paga en efectivo. Es imprescindible reservar con antelación. Ideal para quienes buscan vivir una experiencia 100% local, auténtica y sin masificaciones.

Silencio, sabor y tradición.

Restaurante Cala Boix

Ubicado justo sobre la playa del mismo nombre, este restaurante combina buena cocina con vistas espectaculares.

Ofrecen paellas, pescados y guisos tradicionales a precios razonables. El ambiente es familiar y tranquilo, muy alejado del turismo masivo. Ideal para comer tras un baño en la cala o ver la puesta de sol sin prisas.

La terraza, rodeada de naturaleza, invita a quedarse un buen rato.

Cas Pagès (Carretera Santa Eulària – San Carlos)

Un restaurante de toda la vida, frecuentado por residentes y muy querido por quienes valoran la cocina ibicenca auténtica.

Sus platos de carne a la brasa, huevos con sobrasada y alioli casero son un acierto. Ambiente sencillo, rural y sin pretensiones. No aceptan reservas, pero vale la pena esperar.

Tranquilo, sin ruido, y con una terraza al aire libre perfecta para comer en calma.

Punta Galera

Un lugar mágico tallado por la naturaleza, donde las rocas planas forman terrazas naturales sobre el mar.

Aquí no hay chiringuitos ni ruido, solo el sonido del viento y el agua. Es ideal para ver la puesta de sol en silencio, meditar, hacer yoga o simplemente sentarte a contemplar el horizonte

Acceso algo irregular, pero merece la pena. Perfecto para quienes buscan una experiencia íntima y pura.

Cala Llentia

Muy cerca de Cala Codolar, este rincón es conocido por su peculiar conjunto de esculturas conocido como “Time and Space” (el Stonehenge de Ibiza).

Aunque tiene cierta fama, sigue siendo un lugar tranquilo para ver la puesta de sol, especialmente si te alejas unos metros del monumento. El entorno natural, el silencio y las vistas abiertas al mar crean una atmósfera mágica.

Perfecto para quienes buscan un atardecer diferente, artístico y sin multitudes.

Cala d’Hort

Aunque es una playa popular, si caminas hacia el extremo derecho encontrarás zonas de roca menos transitadas con vistas directas a Es Vedrà.

Desde allí, la puesta de sol se vuelve una experiencia personal y silenciosa. No hay bares ni música, solo el mar, el cielo encendiéndose y la silueta del islote frente a ti.

Ideal para llevar algo de picar, sentarse y dejarse llevar.

Torre des Savinar

Una de las vistas más icónicas de Ibiza, pero sin aglomeraciones gracias a su acceso solo a pie

Desde esta torre antigua, el sol cae justo detrás del islote Es Vedrà, creando un espectáculo único. El sendero requiere unos 20-30 minutos, pero la recompensa visual y emocional es inigualable. Silencio, altura y magia.

Lleva agua, buen calzado y llega con tiempo para disfrutar el momento.

Ruta Cala Portinatx – Cala d’en Serra

Una de las caminatas costeras más bonitas y tranquilas del norte de Ibiza.

El sendero bordea acantilados con vistas al mar turquesa, entre pinares y calas escondidas. La llegada a Cala d’en Serra, una pequeña bahía de aguas cristalinas, es una recompensa perfecta para darse un baño. Ruta de dificultad media, ideal en primavera u otoño. Lleva calzado cómodo y agua.

Naturaleza pura, sin masificaciones.

Ruta Es Cubells – Ses Boques – Cala Llentrisca

Ruta circular con vistas espectaculares al mar desde los acantilados del sur de Ibiza.

Parte desde el encantador pueblo de Es Cubells, baja hacia la tranquila cala de Ses Boques y continúa por un sendero costero hasta Cala Llentrisca, una joya escondida sin servicios ni cobertura. Ideal para caminantes en busca de silencio y paisajes vírgenes. Dificultad media-alta.

Llevar agua, buen calzado y comida.

Ruta a la Cueva de la Luz (Cova de la Llum)

Una caminata única hacia una cueva marina en los acantilados de la zona de Cala Aubarca, al noroeste de la isla.

El sendero atraviesa pinares, formaciones rocosas y termina en un impresionante hueco natural donde la luz del sol se filtra sobre el agua creando un efecto mágico. Ruta de dificultad media-alta y no apta para niños. Es imprescindible buen calzado y evitar días de viento o lluvia.

Naturaleza salvaje y mística.

Ruta Sant Josep – Sa Talaia

Una caminata imprescindible para los amantes de la naturaleza y las buenas vistas.

Desde el encantador pueblo de Sant Josep parte un sendero que asciende hasta el punto más alto de Ibiza: Sa Talaia, a 475 metros. La subida es constante pero accesible, entre pinares y con vistas cada vez más espectaculares. Desde la cima se ve toda la isla, incluyendo Formentera en días claros. Ideal al amanecer o al atardecer.

Lleva agua, calzado cómodo y prepárate para una panorámica inolvidable.

Clases de yoga en la playa – San Antonio

Empieza el día con una sesión de yoga frente al mar en una de las playas más tranquilas de San Antonio, como Cala Gració.

Las clases son suaves, al aire libre y adaptadas a todos los niveles. Escuchar las olas mientras respiras profundamente es una forma única de reconectar con tu cuerpo y con la isla.

Perfecto para relajarte, estirar después de una excursión y disfrutar de un amanecer diferente.

Alquiler de barcos sin licencia

Explora calas secretas a tu ritmo con un barco pequeño que puedes conducir tú mismo, sin necesidad de licencia.

Sal desde San Antonio y descubre rincones como Cala Salada o Punta Galera desde el mar. Es una actividad segura, tranquila y perfecta para parejas o grupos pequeños.

Puedes parar donde quieras, nadar en aguas cristalinas o simplemente flotar y dejarte llevar por el silencio del Mediterráneo.